jueves, 9 de septiembre de 2010

La alfabetización digital no tiene fronteras

Un argentino demostró que la alfabetización digital no tiene fronteras
Juan Manuel Zuppelli y su mujer Virginia Tejada Andrade capacitaron a más de 200 personas de zonas rurales de Ecuador en nociones básicas de informática, Windows e Internet. “No importa el país. Lo que importa es la gente”, señaló él.

Con la intención de brindar apoyo en el desarrollo personal y laboral a miembros de comunidades de campesinos, indígenas y de la tercera edad, Juan Manuel Zuppelli y su mujer ecuatoriana Virginia Tejada Andrade prepararon un programa de Capacitación Rural en Tecnología (CRT) y recorrieron distintos parajes de Ecuador, formando a más de 200 personas en los usos básicos de una computadora con entorno Windows y sus herramientas de ofimática e Internet.

Virginia Tejada Andrade y Juan Manuel Zuppelli
La pareja visitó las oficinas de Canal AR y contó cómo colaboró para reducir la brecha entre aquellos que tienen acceso a la tecnología y los que no. Zuppelli es un programador argentino de 33 años con un entorno familiar relacionado a la docencia, y aunque él no la practicó activamente sino hasta las primeras experiencias con el CRT, afirmó que ese contexto lo ayudó a desarrollar aptitudes para iniciar con su idea: paciencia, esfuerzo, dedicación y compromiso.

“Venía de un lugar en donde el acceso a la tecnología era para unos pocos. Desde las empresas veía la discriminación por los que sabían y los que no”. Por esa razón, uno de sus primeros emprendimientos fue generar un método para que cualquier persona que no sepa casi nada de tecnología pueda aprender a hacer un ERP.
"No importa el país. Lo que importa es la gente. Yo no era ni licenciado ni nada, era Juan".
“Empecé haciendo un enveloper que creaba la base de datos desde cero. La idea era que cada uno pudiera crear cada objeto utilizando su propio lenguaje”, explicó.

Y ante el desafío de llevar las nociones básicas sobre el manejo de herramientas informáticas a persona sin acceso a las mismas, para ayudarlos a obtener mayores oportunidades de encontrar empleo y mejorar sus condiciones de vida, revisaron cursos de capacitación para chicos y adultos, y crearon un método de capacitación propio.

Iniciando el viaje

La metodología fue implementada en la provincia de Pichincha, Ecuador, en comunidades tales como Cusubamba, Rumicucho, La cocha, Chavezpamba, Atahualpa, San José de Minas, Nono, San José Obrero y San Juan de Calderón.
La Fundación Brethren y unida los convocó para retomar una capacitación poco exitosa para formar a los habitantes de zonas rurales de Ecuador en el funcionamiento de un sistema contable, con la intención de integrarlos como empleados públicos. Zuppelli explicó que ese curso falló debido a que en muchos casos las personas no sabían cómo usar el mouse, y de repente debían aprender todo junto, provocando deserción y resultados desfavorables.

La metáfora como herramienta. Agrupados de a pequeños grupos por cada máquina, los asistentes seguían las instrucciones del programador e intentaban replicarlas. “Lo más difícil fue el Menú inicio. Resultaba ser algo incomprensible para alguien que nunca había tenido contacto con una computadora. Lo que más les costaba era hacer el seguimiento con el cursor por todo el menú para abrir un programa”, señaló. Para simplificar el proceso, Zuppelli afirmó que explicaron ese elemento de Windows como si fuera “una puerta a un gran pasillo con otras puertas que daban a más pasillos” y lo mismo sucedía con otras aplicaciones.

Otro de los cambios que tuvieron que hacer sobre la marcha fue respecto a qué era lo primero que enseñaban. ”En un principio empezábamos enseñándoles cómo se encendía la PC y en eso tardábamos mucho tiempo, porque las máquinas eran distintas y cada una tenía su particularidad para explicarla. Nos dimos cuenta que eso era lo último que teníamos que enseñar”.

Desnaturalizar las TIC

Tejada Andrade dio cuenta que quienes tienen la oportunidad de estar frente a una computadora tienen otra forma de relacionarse con los equipos. “Por más que no conozcamos un programa particular, tenemos la posibilidad de acceder y ser curiosos. Pero para un campesino o indígena, como fue en el caso de Ecuador, al no conocer aparece el miedo”.

Mientras Zuppelli se mantenía al frente de la capacitación, su mujer daba vueltas por el aula ayudando a que todos mantengan el mismo ritmo. “Se avanza lento, pero todos al mismo tiempo. Hay veces que algunos avanzan más rápido que otros. Teníamos gente de 40, 50 y 60 años, y también más jóvenes, pero a los adultos les costaba un poco más”, señaló.

El programador señaló que al no haber una máquina para cada uno, cada miembro de los grupos se entusiasmaba viendo lo que hacía el otro y buscaba participar. Por su parte, su esposa explicó que en una de las comunidades asistieron 20 personas a la primera clase, pero a la siguiente 30. “Nos enteramos que se había corrido el boca en boca de que había un extranjero que estaba enseñando a usar las computadoras”.

Por Lucas Esteban Delgado - lucasd@canal-ar.com.ar

martes, 7 de septiembre de 2010

Entrevista a Javier Castrillo, educación, inclusión y soberanía tecnológica

Quedan 5 días quedan para que nos encontremos en el Tercer Encuentro por una Educación Libre (EPUEL 2010), que se realizará el 10 de septiembre en el Centro Universitario Municipal de San Fernando, en Avenida Avellaneda 2270, Virreyes, Provincia de Buenos Aires. Un evento que pretende reunir a docentes, estudiantes, artistas, técnicos y otros actores de la sociedad entorno a la discusión sobre el acceso al conocimiento, la libertad para enseñar y nuevas formas de pensar la escuela y la pedagogía.

De esta forma, Javier Castrillo, docente de la Escuela de Oficios San Cayetano y uno de los organizadores de EPUEL, respondió a las preguntas realizadas por Ezequiel Caridad, miembro del equipo de Prensa de Gleducar, con el fin de dar a conocer a la comunidad su visión respecto a EPUEL 2010.
¿Por qué un evento de estas características?

Desde 1998 que en nuestro centro empezamos a trabajar con Software Libre, aprendimos que todo lo que se hace con este paradigma debe ser socializado. En el 2008 teníamos ya diez años de experiencia y tres de implementación completa de Software Libre en educación y decidimos que era un momento para realizar un evento que convoque a la comunidad y de esa manera difundir lo que habíamos hecho, sistematizarlo públicamente, que participaran los amigos que tanto nos ayudaron en el camino y que sirviera como invitación a otras instituciones, sobre todo educativas, a adoptar la filosofía del Software Libre, ya que a nosotros nos cambió de manera inimaginable el trabajo diario en la escuela. Quisimos que esa gran noticia sea propagada y que no tuvieran los problemas y errores que nosotros cometimos. Luego de la hermosa experiencia del EPUEL, los mismos participantes pedían que haya nuevas ediciones y afortunadamente ya vamos por la tercera.
¿Qué lo llevo a formar parte de una iniciativa como esta?

Bueno… al ser uno de los fundadores del Epuel, pues ¡no me queda más alternativa que formar parte!
“En nuestro centro empezamos a trabajar con Software Libre, aprendimos que todo lo que se hace con este paradigma debe ser socializado.”
Cómo organizador del evento ¿qué expectativas tiene en relación a los anteriores?

En principio que más y más organizaciones escolares, gubernamentales y sociales se acerquen para que podamos enriquecernos con los aportes de cada una de ellas. Y desde ya que la comunidad de software libre tenga al EPUEL como una referencia inequívoca de la actividad educativa y cultura libres. Será un lindo encuentro, con charlas de calidad y experiencias fantásticas para escuchar. Ojalá mucha gente se haga presente.
En el marco de la experiencia del CFP 401, ¿cuáles son los horizontes y próximos objetivos que buscan concretar?

Hemos terminado este año un ambicioso proyecto mediante el cual se instaló un servidor de TCOS (NdE: tecnología libre para la creación de redes de clientes delgados) en cada uno de las veinte sedes de nuestro CFP, se desarrolló desde cero una herramienta administrativa, se instalaron redes en los laboratorios que no la tenían, se equipó cada sala con máquinas aportadas por la Fundación Equidad y se hicieron 13 jornadas de capacitación docente. Este proyecto fue auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Ahora nos queda la tarea de apuntalar ese proyecto, venciendo la inercia de muchas sedes de tantos años de trabajar de una manera privativa y ahora empezar a entender, utilizar y aprovechar al máximo las tecnologías libres y el paradigma de la construcción colaborativa de conocimientos.
Según su experiencia, ¿cuán importante sería contar con el apoyo del Estado en materia de políticas sobre promoción de tecnologías libres? ¿Por qué?

“Importante” no. Es básico. El objetivo de máxima en mi humilde carrera, es contribuir para que de manera oficial, sostenida y luchando contra los monopolios y lobbyes empresarios que seguramente saldrán como lo están haciendo con la Ley de Medios o la investigación sobre Papel Prensa; para que de una vez por todas caminemos hacia una Argentina libre, justa y soberana también en lo tecnológico y lo educativo. En tal sentido estoy esperanzado para escuchar lo que nos dejará la primera Conferencia Internacional de Software Libre (07/09) que se hará tres días antes del EPUEL y que por primera vez abrirá un Jefe de Ministros de la Nación. Ya el propio Anibal Fernandez se ha manifestado a favor del Software Libre, y espero que, en consonancia con las políticas de países aliados como Ecuador, Venezuela y Brasil; la Presidenta de la Nación se ponga al frente de la migración de la administración pública y la educación a tecnologías libres.